Al ver anoche la pelicula Rosa Luxemburgo no pude dejar de pensar en todo lo que ha pasado en el mundo desde que la mataron.
No pude dejar de putear porque la mataron por intentar evitar la guerra y por querer la verdadera revolucion.
No puedo dejar de pensar y asquearme por todo lo que está pasando en estos días de fotos aberrantes de hechos aberrantes. Métodos ya conocidos y que demuestran la destruccion de la humanidad.
No sé. Verla a Rosa, o creer verla de verdad me dio un poco de fe. Puede sonar contradictorio. Pero creo que debe haber otras Rosas por el mundo. Yo conozco a algunas activistas (no de oficina) que están dando los días de sus vida y su inteligencia en la lucha diaria por los derechos de las mujeres.
Vaya mi homenaje a Lydia, a Vera, a Faikka, a Jack. También a Liliana Pauluzzi.
“Lo bello supera la inteligencia, y sin embargo, toda cosa bella nos ofrece algo que comprender, no solamente en sí misma, sino en nuestro destino”. -Simone Weil-
lunes, mayo 31, 2004
El hambre de las iguales
Si concebimos al feminismo como algo más que una etiqueta frívola, si lo concebimos como una ética, una metodología,una manera más compleja de pensar sobre, y por tanto de mayor responsabilidad al incidir en las condiciones de la vida humana, necesitaremos un autoconocimiento que solamente puede desarrollarse a través de una continua atención apasionada a todas las experiencias femeninas. No puedo imaginar una evolución feminista que nos conduzca a cambios radicales en los campos de lo privado y de lo político que no esté enraizada en la convicción de que todas las vidas de las mujeres son importantes y que las vidas de los hombres no pueden ser entendidas enterrando las vidas de las mujeres. Para hacer visible el significado completo de las experiencias de las mujeres se necesita una reinterpretación del conocimiento en términos de esa experiencia. Esta es ahora la tarea más importante del pensamiento.
Si esto es así, no podemos trabajar solas. Más nos vale enfrentar el hecho de que nuestra esperanza de pensar, contra la fuerza de una visión del mundo mutilada y mutilante, depende de la búsqueda y la entrega de nuestra fidelidad a una comunidad de mujeres compañeras trabajadoras. Y más allá del intercambio y de la crítica del trabajo, debemos preguntamos cómo podemos hacer posibles las condiciones para trabajar no sólo para nosotras sino para todas. No es una cuestión de generosidad. No es generosidad lo que hace que las mujeres en comunidad se apoyen y nutran entre si. Es más bien lo que Whitman llamó "el hambre de los iguales” – el deseo de un contexto en el cual nuestras propias preocupaciones sean amplificadas, aceleradas y aclaradas en cooperación con aquellas que son nuestras iguales.
-Adrienne Rich-
Si esto es así, no podemos trabajar solas. Más nos vale enfrentar el hecho de que nuestra esperanza de pensar, contra la fuerza de una visión del mundo mutilada y mutilante, depende de la búsqueda y la entrega de nuestra fidelidad a una comunidad de mujeres compañeras trabajadoras. Y más allá del intercambio y de la crítica del trabajo, debemos preguntamos cómo podemos hacer posibles las condiciones para trabajar no sólo para nosotras sino para todas. No es una cuestión de generosidad. No es generosidad lo que hace que las mujeres en comunidad se apoyen y nutran entre si. Es más bien lo que Whitman llamó "el hambre de los iguales” – el deseo de un contexto en el cual nuestras propias preocupaciones sean amplificadas, aceleradas y aclaradas en cooperación con aquellas que son nuestras iguales.
-Adrienne Rich-
domingo, mayo 30, 2004
Ya noche
No deja de pasar el tiempo, y pocas estrellas brillan en el cielo rosarino.
Intento de amar lo que pasa con estas palabras, qué juego se puede proponer.
Si llega una mano que acaricie, que roce con tinta electrónica... es bueno. NO la bofetada que rasgue la paciencia de la espera.
Ire junto a mi lado. Ambas frente a las máquinas. Jugando, casi. Pero la vida juntas es esto y más.
Las gatas (tenemos dos) duermen por allí. Dentro de un rato comenzará la hora de más actividad. Las amo. Me han enseñado mucho en estos siete años de convivencia humana-felina.
El sol cayó hace rato, y luego té y torta. Y ahora a esperar un tiempo propicio para un film: "Roxa Luxemburgo" de Margarethe von Trotta.
Intento de amar lo que pasa con estas palabras, qué juego se puede proponer.
Si llega una mano que acaricie, que roce con tinta electrónica... es bueno. NO la bofetada que rasgue la paciencia de la espera.
Ire junto a mi lado. Ambas frente a las máquinas. Jugando, casi. Pero la vida juntas es esto y más.
Las gatas (tenemos dos) duermen por allí. Dentro de un rato comenzará la hora de más actividad. Las amo. Me han enseñado mucho en estos siete años de convivencia humana-felina.
El sol cayó hace rato, y luego té y torta. Y ahora a esperar un tiempo propicio para un film: "Roxa Luxemburgo" de Margarethe von Trotta.
La tarde se va...
Primera tarde aquí... esperando escuchar las voces... y apareció ella... desde su café... desde su música amada... Compartir la vida, y volar juntas, es un don que hacemos de a dos, todos los días...
Bienvenidas
Hoy es un domingo creativo, muy creativo. Es por eso que decidí sumarme a este experiencia de los blogs o cuadernos de bitácora. Esto tiene algo que ver con la primera escritura que se nos "permitía" a las mujeres: los diarios íntimos (desconociendo lo peligroso que pueden llegar a ser sus anotaciones), y también me recuerda a Cortázar y su cuaderno de notas para Rayuela.
Espero que esta bitácora vaya creciendo con vos, con tus lecturas, con tus experiencias... Vayamos creciendo juntas!
Un abrazo, Gabriela
Espero que esta bitácora vaya creciendo con vos, con tus lecturas, con tus experiencias... Vayamos creciendo juntas!
Un abrazo, Gabriela
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